España es famosa por sus vinos que se producen a escala global: en el país hay más de 900.000 hectáreas destinadas al cultivo de la vid. Sin embargo, el cuidado del viñedo no es tan simple como parece y hay numerosos factores que influyen en el vino final. El trabajo que se realiza en la viña es temporal y por eso los agricultores necesitan mucho personal para el campo solamente en la estación. La vendimia y la poda son una opción perfecta para personas que quieran suplementar sus ingresos como trabajadores temporales en España.
Para que la cosecha sea abundante es esencial realizar la poda, proceso que sirve para incrementar el rendimiento del fruto: para que la parra dure más años y eche más pulgar. La poda siempre se realiza de forma manual y requiere un conocimiento previo. Entre noviembre y marzo se lleva a cabo la poda en seco o poda invernal que consiste en recortar los sarmientos viejos de la cepa y dejar los nuevos que son fértiles y darán fruto en la siguiente vendimia. Más tarde, entre mayo y julio, cuando los brotes alcanzan un tamaño adecuado, se realiza la poda en verde. Este proceso consiste en controlar la vegetación eliminando los brotes que no nos sirven y dejando los que deseamos que sigan creciendo. Luego, normalmente en agosto, tiene lugar el aclareo de racimos: se eliminan los racimos que no hayan madurado lo suficiente.
Finalmente llega la recogida de la uva: es un proceso largo y laborioso que en España peninsular tiene lugar entre agosto y octubre, mientras que en las Islas Canarias y en Andalucía se estrena en julio. Es el grado de maduración de la uva el que determina el momento óptimo para comenzar la vendimia. El proceso debe finalizarse antes de que la uva haya empezado a fermentar, por eso requiere mucha mano de obra en un período de tiempo relativamente corto. Cada verano en las regiones vitivinígolas se buscan miles de jornaleros agrícolas y no siempre es fácil encontrarlos. Pero con JDM España los dueños de las viñas no tienen que preocuparse por escasez de peones agrícolas.